31 de agosto de 2010

Cerrado


Generalmente soy una persona con un sentido del humor envidiable, en algunos momentos hasta llego a ser agotador. Pero hay días en los que mi cabeza no tira en la dirección que yo le pido y una expresión más digna de una película de Ken Loach que de mi vida diaria aparece en mi cara.

Lamentáblemente esto se repite más amenudo de lo que me gustaría en los últimos años. Será que me estoy haciendo viejo. Pero también confío en que algún día consiga encontrar la llave que abra ese candado que encierra lo mejor de mi. Pero hoy está cerrado.

25 de agosto de 2010

A cada paso me recuerda...


Ayer hablaba con unos amigos, tranquilamente regados por el amarillento manjar líquido, sobre lo bien que lo pasábamos y lo divertido que era jugar al fútbol sala. De normal, a diario, no pienso en ello. Pero en noches como la de ayer me entra una morriña por esas cosas que en la tombola de la vida, que diría Marisol, he recibido bastantes boletos para que me toque no volver a hacer.


Como ya comenté en otra entrada el Camino es una de ellas. Prometí hacerlo y por el momento mantengo la promesa. Y vivir en una ciudad en la que todos los veranos es extraña la jornada en la que no ves al menos a un par de esos mochileros con cáscara de vieira me hará no olvidarme de ella.

23 de agosto de 2010

Vuelta al cole


Aún no ha acabado el verano, pero la sensación viene a ser la mísma. Incluso hay algunos que dirían que el verano acaba el mísmo día en el que vuelves a trabajar. Para mí ese odioso día es hoy. Intentas consolarte pensando que por lo menos vuelves a ver a los compañeros que has añorado y que algunas veces recordabas en tu descanso diciendo: "si estuviera aquí..."

Pero ni me engaño yo ni intento engañar a los demás. Todos estábamos mejor de vacaciones. Sin tener que levantarme a las 8, en mi caso, ni tener que llegar a comer corriendo para marcharme otra vez, cámara en mano, a cubrir una de esas presentaciones de algo que seguramente no me interese lo más mínimo. C'est la vie.

12 de agosto de 2010

El agua en mis pies


Ya siento el agua del cantábrico en mis pies. Ya noto como el descanso merecido inunda atravès de mis venas todo mi cuerpo recargándolo de energias para sobrellevar mejor otro año. El tiempo no acompaña en exceso mis gustos, pero hay que reconocer que no es necesario del todo, y menos a una persona que brilla con la intensidad con la que lo hago yo, que el sol agote mis fuerzas.

Cuando viajamos en vacaciones una de las cosas que buscamos es alejarnos del día a día. Desenchufarnos de nuestra rutina pero desde que internet llegó a mi vida no tengo claro que llegue a desconectar. Aquí me veis a 300km de mi realidad y sin poder dejar de hacer mi trabajo.

3 de agosto de 2010

A la parrilla


En una de mis primeras entradas os hablaba de las noches de verano junto al fuego. Ayer ocurrió. La costilla de cerdo en manto de pimentón chisporroteaba sobre unas patatas que se disfrazaban de astronauta como un niño en sus primeros carnavales. Todo exquisito, pero lo que más recuerdas son las conversaciones de sobremesa acompañadas generalmente por un licor, ayer con el increíble lujo de un Rioja Gran Reserva del 85.

Varias veces en mi vida me ha tocado cenar en buenos restaurantes acompañado de ilustres comensales. La cena espléndida y las conversaciones generalmente estimulan mi lado intelectual bastante más de lo normal, o lo normal para mí. Me divierto y consigo memorables historias en ellas, me encantará vivir las que me lleguen, pero ojalá me queden muchas más de las primeras.