27 de octubre de 2011

Nueva vida

Varias cosas he cambiado que no me terminaban de convencer de mi vida preoperatoria. Quizás la que más llame la atención es que, como avisé anteriormente, el tabaco ha pasado a ser parte de mi historia, pero una de las que más me llena es que en los ratos libres que tengo, tanto en el trabajo como en casa, he decidido llenar mi cabeza con las historias que otros escriben.

Siempre decía: "este libro lo tengo que leer", o "a ver cuando saco tiempo..." y por fin he decidido empezar con uno que seguramente encuentre interesante, no solo porque así lo dicen crítica y público, sino porque además conozco personalmente al autor y eso hará que lea a través de una óptica positiva, de la misma forma que mis familiares y amigos ven mis fotos.

22 de octubre de 2011

El principio del fin

Tantas veces hemos visto una "tregua indefinida y sin condiciones" o una "suspensión de su campaña de acciones armadas" o un "alto el fuego permanente, general y verificable" que un "cese definitivo de la actividad armada" podría pasar simplemente como otro de los comunicados de la banda, y más si tenemos en cuenta que se produce un mes antes de las elecciones que decidirán en futuro de los próximos cuatro años del país.

Como me gustaría que nadie tuviera que escuchar la historia de una compañera de clase de 18 años a la que su padre, por ser concejal en el País Vasco, le tiene que enseñar (antes de sacarse el carnet de conducir) cómo reconocer si su coche tiene una bomba lapa pegada en los bajos.

Pero de verdad que me encantaría que hoy fuera un día de llorar. Llorar, no por la muerte de una persona que defendía sus ideas te gusten o no, no por la empatía sentida por una persona privada de libertad durante 532 días, sino llorar de felicidad porque todo eso quedó atrás.

Y que no decidan las balas sino los votos.

17 de octubre de 2011

Vuelta al día a día

Exactamente dos meses, ni un día más ni uno menos, han transcurrido desde que tuviera que hacer unas vacaciones forzosas, pero hoy me ha tocado cojear con la cámara otra vez en mi cuello. No voy a decir que me ha gustado volver a levantarme a las ocho y media, que tampoco es que sea demasiado temprano, pero si que he disfrutado de volver a ver el mundo a través de una lente y de seleccionar esas pequeñas porciones de realidad.