Hace aproximadamente 15 años y diez días visité sin motivo turístico la ciudad de Toledo. Lo único que me movió a soportar la salida a las seis de la madrugada en aquel eterno autobús fue ver como el equipo de fútbol de mi ciudad regresaba por primera vez en su historia a la primera división. Hoy me ha tocado ver cómo aquella afición, que nos acogió como si ascendieran ellos, celebraba su ascenso que, pese a no hacerles llegar tan alto, les alegra el interior y el exterior de la misma manera que me sucedió a mí aquel 19 de mayo. Enhorabuena.










