30 de noviembre de 2010

Bienvenidos a mi casa


Y hoy lo puedo decir con la boca bien grande porque ya es mía. Bueno, es mía la mitad, y ni eso. Pertenece a un señor que ni siquiera conozco que descansará su suave traje a medida sobre un cómodo y caro sofá de cuero. Pero estoy feliz porque la sociedad me dijo en su día que ésta era una de mis metas en la vida. No quepo en mí de gozo porque hasta que cumpla 70 años voy a estar pagando lo que acabo de comprar. Si Freud levantara la cabeza aseguraría que estoy como una auténtica regadera, aunque seguramente culparía de ello a un trauma sexual infantil.
Y pese a todo estoy radiante de felicidad porque he encontrado el sitio perfecto donde dentro de muchos, pero que muchos, años volver la vista atrás, sonreir con nostalgia y orgullo, y dejarme morir.

11 de noviembre de 2010

Inteligencia natural


La naturaleza es inteligente, y seres como los gatos sáben perféctamente que un coche que acaba de estacionar tienen el motor caliente. Es su forma de combatir el frio, arrimarse al capó en el que más agusto estarán. Pero ¿acaso no hacemos los humanos lo mísmo? arrimarnos al capó que más calienta. La naturaleza es sabia.

8 de noviembre de 2010

Respeto


Varios años hace que empecé en esto de la fotografía profesional. Y hasta ahora solo en contadas ocasiones he sentido ese respeto que supuestamente se ha de tener hacia una persona que dedica su vida a algo. No comprendo si por mi forma de ser o de aparentar he convivido durante mucho tiempo con el ninguneo de muchas personas que rodeaban mi vida profesional.

Pero de un tiempo a esta parte, más escaso de lo que me hubiera gustado, he empezado a notar por diversos comentarios y actitudes que parece que ese respeto que buscaba empieza a llegar. No pido mayor reconocimiento, ni menor, que nadie. Solo que se valore mi tabajo como profesional que soy y sobe todo no volver a escuchar frases como: "que las fotos las haga el chaval ese".

4 de noviembre de 2010

Uno de esos curros

Hoy he tenido la primera parte de uno de esos curros. Uno de esos en los que tienes que hacer lo que sea para conseguir la imagen que necesitas. Uno de esos curros que llevas esperando mucho tiempo con entusiasmo y que cuando llegan los disfrutas incluso más de lo que esperabas. Uno de esos que no te importa pisar el techo de tu coche por el. Uno de esos que te exige la luz perfecta y que puedes llegar a esperar horas hasta que llega. Uno de esos curros que cuando estas en el ordenador y ves la fotografías que has tomado te parecen incluso
mejores que cuando las has visto en la cámara. Uno de esos de los que presumes de haberlo hecho. De esos de los que llegan muy de vez en cuando. En definitiva, uno de esos curros por los que me dediqué a la fotografía.

Gracias a todo el equipo.