27 de enero de 2012

Un par de ruedas


La lógica laboral me obligó a comprarme una moto hace unos 4 años, pese a que por herencia materna siempre había renegado de ellas, e incluso maldecido cuando aparecían por mi derecha sin previo aviso. Buen rendimiento le he sacado y he de reconocer que práctica es. Pero lo que no me imaginaba cuando compré el mencionado vehiculo es que la conducción motera me iba a enganchar hasta el punto de convertirme en lo que algunos blogs entendidos llaman proto-motero, comprándome una custom y transformándome con mi barba, mi pelo largo, mi gusto por la cerveza y mis botas negras en una mala imitación, no buscada, del estereotipo de motero americano.

13 de enero de 2012

A veces

A veces necesitamos ver las cosas de otro modo, para solucionar un problema o para salir de él. A veces todo se ve extraño y lo que nos era familiar lo sentimos diferente. Otras veces necesitamos distanciarnos para que todo vuelva a estar cerca. Y a veces, solo a veces, el reves es el derecho.

6 de enero de 2012

Oda a la navidad

Todo comienza el 24 de diciembre por la noche. Comes y comes y vuelves a comer. Pero cuando al día siguiente abres los ojos que aun mantienen algo del color del alcohol de la noche anterior, te vuelves a encontrar con otra mesa llena de entrantes, primeros, segundos, familiares y postres.

Tu estómago tarda cerca de una semana en digerir tanta comida, no está acostumbrado porque es algo que solo hace una vez al año, aunque en algunas ocasiones repite en cumpeaños y alguna que otra celebración. Y cuando por fin piensa que vuelve a la normalidad, a procesar más verde, llega el 31. La última cena, al pie de la letra. Hay que llenarse con una base lo suficiéntemente grande para que amortigüe todas las copas de ron, whisky o lo que sea, que la nochevieja dejará pasar a nuestro estómago, que nunca son pocas.

Con el primer despertar de cada año vuelven los ojos hinchados acompañados del movimiento en retroceso de las olas después que han llegado a la orilla, más conocido como resaca. Y para escapar de ella volvemos a juntarnos otra cantidad ingente de familiares para, con voces esta vez más roncas, contar lo llenos que estaban los bares y lo que costaba llegar a la barra mientras no dejamos de desnudar langostinos y bañarlos en mahonesa pensando que mitigarán nuestro dolor de cabeza.

Y cuando ya no podemos más. Cuando creemos que
seremos capaces de dejar de comer una temporada sin sufrir desfallecimiento alguno. Llega la gran fiesta del consumismo, en la que todos se dejan el dinero que no tienen en regalar cosas que no les gusta a gente que no las necesita. Pero todo ello acompañado desde el desayuno hasta la cena con un bizcocho relleno de crema y cubierto con frutas, que la mayoría de la gente aparta, y que tiene dos castigos, uno te hace pagarlo y el otro te ridiculiza con una corona de cartón.

Dos conclusiones saco de todo esto. La primera es que el ser humano no come lo que necesita, sino lo que puede, hasta dar de si todo lo necesario para comer más al año siguiente. Y la segunda es que la próxima vez que sea navidad me volverá a gustar como en mi infancia, porque hay que reconocer que son unas fechas diseñadas para los niños.

4 de enero de 2012

Novedades

Me recibe el año con un montón de novedades. Recién estrenado trabajo, esta foto es una de mis primeras portadas, hijo/a en camino, fiesta con los amigos que la gente llama boda, oficina-estudio para no desmontar el salón de casa cada vez que tenga que montar los flashes....

Esperemos que todo para bien. Y lo mismo espero para todos los que leeis este blog.