Pocas cosas creo que hecharé más de menos con el tiempo que las mañanas de los sábados. Esas mañanas eternas en las que me perdía horas y horas buscándome entre las sábanas. Con una banda sonora lejana e idónea, pero que apenas trasciende. Una gran cantidad de minutos tirados a la basura para que otros aumenten su valor.
No son tirados... son invertidos en ti. Besacos, descansa
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