
La lógica laboral me obligó a comprarme una moto hace unos 4 años, pese a que por herencia materna siempre había renegado de ellas, e incluso maldecido cuando aparecían por mi derecha sin previo aviso. Buen rendimiento le he sacado y he de reconocer que práctica es. Pero lo que no me imaginaba cuando compré el mencionado vehiculo es que la conducción motera me iba a enganchar hasta el punto de convertirme en lo que algunos blogs entendidos llaman proto-motero, comprándome una custom y transformándome con mi barba, mi pelo largo, mi gusto por la cerveza y mis botas negras en una mala imitación, no buscada, del estereotipo de motero americano.
Hola guapetón. Que tal va el cigoto? Espero que Eva se encuentre mejor que bien. Tenemos una quedada pendiente para pasarte los archivos. Tengo una novedad, a ver que te parece:
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