28 de junio de 2010

Aquellas tormentas de verano...




De un tiempo a esta parte las tormentas de verano dibujan una extraña mueca en mi cara mezcla de alegría y melancolía. Antes era solo de alegría. Recuerdo salir de trabajar corriendo hacia casa previendo que faltaban escasos minutos para el diluvio. Llegaba a casa y me calzaba las zapatillas de deporte y una pantaloneta. Esperaba haciendo estiramientos o alguna abdominal a que la lluvia inundara el aire y en ese preciso instante salía a la calle. Correr bajo la lluvia era una de mis pasiones. No importaba lo que tuviera que hacer, era una de esas, cada vez menos, cosas que podía disfrutar sin invertir un solo euro. A día de hoy si quiero volver a hacerlo igual me cuesta más de lo que puedo pagar. La salud es para los ricos....

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