21 de marzo de 2012

Viaje

Viajar, vía de escape de la rutina. El permiso para descubrir mundos, vidas, estilos, paisajes. La isla que me ha acogido durante 5 días tiene el suelo negro, las montañas rojas y los árboles marrón y amarillo. Menos mal que el cielo y el mar mantenían su azul, salvo en algunas contadas ocasiones. Un paisaje que seguro inspira a mucha gente, pero no a mi. Faltan arboles y verde y playas cálidas y sombra.

Pero tengo que reconocer que me he traído tres buenos recuerdos de allí. La zona de La Geria, una muestra más de la sorprendente capacidad del ser humano de sobrevivir donde sea. El disfrutar de la victoria histórica de mi equipo en un bar repleto de ingleses. Y por encima de todas ellas la compañía, que es lo único que perdura tras el viaje.

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